Mi mamá y yo somos muy diferentes y muy parecidos al mismo tiempo, y lo que hace que siempre choquemos es precisamente esa mezcla de diferencias y parecidos que crea explosiones con ondas expansivas.

Antes éramos más parecidos, supongo, o al menos no tan diferentes, pero con 30 años menos que ella creo que yo maduré mucho más rápido y ella se quedó estancada en una pegajosa mezcla entre su infancia y su adultez.  En vez de ser la mamá que me aconseja con su experiencia, la que me escucha antes de hablar, la que me dice qué debería hacer y que no, es todo del revés, y a veces me siento desesperado porque hay ocasiones en que necesito que las cosas sean normales, que cumplan su ciclo con normalidad, y que sea yo el que reciba consejos, y que sea yo el escuchado, y que sea yo en el papel de hijo. Pero no, para mí las cosas no son así.

Ambos pensamos diferentes, sentimos diferentes, vemos la vida de diferentes maneras. Yo trato de verle algo positivo a todo, de aprender algo bueno de todo lo malo, de agradecerle a la vida todo lo positivo y negativo que me pasa; y mi mamá hace todo lo contrario. Si le pasa algo malo se queja mil veces con todo el mundo, si no le pasa nada malo se queja igual hasta que al final termina pasándole. Si yo le digo que ella misma está atrayendo todo lo malo hacia ella, pobre de mí. Ese es un ejemplo de los miles de casos que producen choques entre nosotros. Otro caso sería que yo la escuche y le diga que no quiero aconsejarle nada, que prefiero callarme para no discutir porque nunca se le pude decir nada sin que se enoje. En ese caso pobre de mí también. No es que me victimice, aunque parezca que sí, pero es que al final soy yo el más insultado, el más gritado, el más humillado, y todo simplemente porque ella dice sentirse víctima de mi vanidosidad cada vez que intento decirle algo para su propio bien. Quién tiene 20 años y quién 50? No debería ser todo al revés? Qué es lo que pasa aquí?

Estoy hablando de nuestras diferencias cuando se supone que tendría que estar hablando de cómo le parezco a mi mamá. Y bueno, aunque no hay mucho que decir al respecto, en el fondo le parezco bastante. Los dos somos orgullosos, los dos queremos que las cosas se hagan a nuestra manera, los dos somos demasiado sentimentales, y ninguno está dispuesto a cambiar su forma de ser por el otro. Cuando yo me convertí en el papá de mi mamá, cualquier otro parecido quedó enterrado. Ahora somos más diferentes que parecidos, pero muy en el fondo, en nuestros núcleos, somos iguales, y es que eso es algo completamente inevitable.



Este disparador forma parte del proyecto de escritura 30 días de escribirme del blog de escritura de Aniko Villalba. El proyecto consiste en escribir todos los días usando 1 disparador creativo por día durante un mes. 


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