Hola abuelo. Sé que ya no estás acá, que ya no estás en este mundo, pero mediante la escritura te puedo revivir por un rato para escribirte esto.

Vivimos tantos años en la misma casa, no bajo el mismo techo porque vos tenías otro en el fondo separado del resto, pero convivimos más de 15 años, nos veíamos todos los días, nos saludábamos, pero me pregunto porqué nunca pasó de ahí.

Te confieso que nunca me nació acercarme a conversar a fondo contigo. Recuerdo que solía acercarme a veces pero siempre era para preguntarte como estabas o hablar de lo mismo, o ayudarte en algo que necesitabas, pero en todos los casos siempre era muy poco. No sabía sobre que más hablar con vos, no sabía si había algo más en que poder ayudarte. Me bloqueaba.

Nunca te pregunté por tu familia, nunca te pregunté que te gustaría haber sido en la vida, nunca te pregunté de cuantas cosas que hiciste te arrepentiste. No pude saber hasta qué grado estudiaste, si tenías un hijo favorito, o si recordabas el día en que yo nací. Te fuiste sin haberme inventado un cuento, sin haberme dado un consejo, sin haberme enseñado algo, sin que haberme contado tu versión de la historia. A pesar de todo eso puedo decir que aprendí mucho de vos, aunque haya sido indirectamente.

Mi abuela, mi mamá, y varios otros de tus hijos te amaron, y mucho, a pesar de todo, pero lastimosamente siempre van a mantener recuerdos malos sobre vos, porque el sufrimiento es una de las cosas más difíciles de borrar de la memoria y del corazón.

Yo crecí escuchando historias sobre sus vidas contigo, noté voces quebradas, vi varias miradas perdidas y varios pares de ojos lagrimosos, sentí la heridas profunda que dejaste en varios corazones, pero nunca creció en mí ni la más mínima gota de rencor o rabia hacia vos, porque a pesar de todo lo que hiciste ese nunca fue el propósito de la gente de la cual escuché sus recuerdos del pasado, ellos simplemente querían recordar, tal vez para desahogar las penas, para demostrar que a pesar de todo salieron adelante y terminaron mejor, o simplemente para recordar; quizás una mezcla de todo.

Sé que en un momento de tu vida lo perdiste todo; me lo contaron, y cuando fui creciendo y entendiendo las cosas lo comprobé yo mismo al mismo tiempo que comprendí que ellos te habían dado una nueva oportunidad, quizás la última, y por suerte la tomaste.

Sé todas las cosas que hiciste, y aunque yo no fui testigo de nada, sentí una tristeza profunda al enterarme de todo, muchas veces hasta lloré. A pesar de eso siempre te respeté, cuando yo empezaba a tomar conciencia vos ya habías cambiado mucho y ya no eras el de antes, así que no te conocí como el hombre que solías ser. Cuando tenía 5 años supongo que te veía como un abuelo común y corriente, y digo supongo porque no lo recuerdo. Cuándo fue que me di cuenta que vivías apartado del resto? Cuando me di cuenta que mi abuela es una persona maravillosa para haberte perdonado? Cuándo me di cuenta de que casi ninguno de tus hijos te guardaban rencor y que te habían perdonado aunque probablemente nunca les hayas perdido perdón? Cuándo noté que una de tus hijas quedó marcada y marchita por dentro como para nunca poder perdonarte? No sé abuelo, lo único que sé es que te arrepentiste y que la vida fue muy buena contigo.

Voy a ser muy sincero contigo y voy a decirte que no en realidad no te extraño demasiado, no siento tu falta, pero igual es triste saber que ya no estás. Te quise abuelo, te quise como abuelo y como ser humano, y por esto te escribo, pero la verdad que los dos conocemos es que nunca creamos ninguna clase de vínculo, aunque sinceramente a mí me había gustado mucho haberlo hecho, pero no se pudo.

Hay gente que te hecha de menos. Adiviná quién se emociona cuando a veces te recuerda. Adiviná quién sufrió más cuando nos dejaste. Lastimosamente nunca aprendiste a valorar lo que el mundo puso en tu camino, abuelo: uno de los corazones más grandes y nobles que alguna vez hayan existido: mi abuela, tu ex-esposa. Me gustaría saber qué pensás sobre eso.

Me pregunto si de alguna forma esas palabras te llegan ahora, porque mientras escribo esto no puedo controlar las lágrimas que caen de mis ojos. Ni siquiera entiendo por qué, tal vez por pena hacia vos, tal vez porque ahora me llegue tu dolor. Acaso son tus lágrimas abuelo? Acaso estás arrepentido? Nunca conocí tu dolor, nunca supe sobre tu sufrimiento. Sufrías todo los días? Podías dormir sin peso en la conciencia? Tenías recuerdos? Te sentías solo?

Hubo gente que te amó abuelo, que te amó de verdad hasta el último día. A veces me cuesta entender cómo ese amor nunca pudo desaparecer, como hay gente que puede amar tanto mientras hay otros que nunca pueden aprender a amar. Será que alguna vez vos amaste a alguien de verdad?

Dónde estás ahora abuelo? Yo creo que estás bien. Yo sé que te arrepentiste y que fuiste perdonado a tiempo, de verdad lo sé, pero lo que no sé es si nos volveremos a ver algún día, no tengo esa certeza, pero quizás nos crucemos y no pase nada para que nuestras miradas se crucen y nos reconozcamos. O quizás tengamos una nueva oportunidad de conocernos. Quien sabe.

Te fuiste de repente. Recuerdo el día en que falleciste. Recuerdo la aflicción que sentí en mi corazón. Recuerdo que todo fue muy raro, que quería llorar pero que algo hacía que no pueda al principio, quizás porque estaba en shock, o quizás porque sabía que todavía no habías dejado este mundo, porque después te lloré abuelo, en serio. Recuerdo perfectamente el día en que te fuiste porque quedó registrado como una película en mi memoria.

Moriste junto a la persona que más te amó, lo llegaste a saber? Fuiste consciente de eso antes de tu último suspiro? Qué fue lo último que vieron tus ojos abuelo? Acaso fue su mirada desesperada?.

Ella era la única que estaba contigo en ese momento y fue la primera que se acercó a vos cuando caíste tendido al piso al costado de la heladera con baso de leche derramada a tu lado, cual trágica escena de una película dramática. Fue ella, abuelo, la que salió a pedir ayuda para intentar salvarte, para intentar retenerte un poco más. Ella fue la que caminó lentamente con sus pasos adoloridos de piernas reumáticas gritando que te habías caído y pidiendo socorro, fue ella la que intentó levantarte aunque no pudo. Quizás por eso te recuerda con mucha emoción abuelo. En tu último día también la dejaste marcada con un mal recuerdo, y que injusto abuelo, porque esa vez vos no tuviste elección.

Te cuento abuelo que en el día de tu despedida final muchas personas fueron a despedirte. Muchos ojos te lloraron aunque no lo creas, y muchos corazones te sufrieron tanto como antes vos los hiciste sufrir, pero esta vez el sentimiento y la emoción fueron diferentes. También recuerdo perfectamente ese día. Tengo una galería de imágenes dentro de mí que es imposible de borrar. Recuerdo todo, recuerdo cada paso hacia tu tumba. Yo también sufrí por vos.

Ahora fui a buscar esa foto donde estamos juntos, y acá la tengo. Yo blanco y gordo como un conejo, con apenas un año o menos, y vos sonriente sosteniéndome entre tus brazos. Esa foto gastada por el tiempo me hace sentir que de verdad me quisiste, y te aseguro que yo también...


Este disparador forma parte del proyecto de escritura 30 días de escribirme del blog de escritura de Aniko Villalba. El proyecto consiste en escribir todos los días usando 1 disparador creativo por día durante un mes. 


Mirá todos mis escritos sobre este proyecto acá, y las instrucciones de cada disparador acá.