La doctora miró la radiografía y me dijo que no tenía fracturas, después le dijo al enfermero que me inyectara un calmante. El enfermero me preguntó si no era alérgico a no sé cuál medicamento y yo le respondí muy seguro que no, aunque no lo sabía.

Lloré en el auto camino a la comisaría porque el gesto de esa gente extraña que se acercó a ayudarme y a preguntarme cómo me sentía sin ningún tipo de interés de por medio realmente me tocó profundo.

Un oficial me tomó los datos para el acta, al terminar esperé un rato dentro de la comisaría y me bajé las escaleras para subirme a mi moto e irme hasta el lugar del accidente.

Entré a la comisaría y dije que quería hacer una denuncia. Que un auto me acababa de atropellar mientras me estaba yendo a mi facultad en mi moto.

Al estar ahí mucha gente se acercó a preguntarme cómo estaba, si me sentía bien, si necesitaba algo; mientras uno me ayudaba a levantar la moto y quitarla del camino, y otro llamaba a una comisaría.

Después no supe que hacer, estaba mudo, sabía que fui chocado pero estaba paralizado y sin saber cómo reaccionar. Lo primero que hice fue levantarme y todavía con el casco puesto me paré frente al auto y le miré a los ojos al conductor, que también estaba helado pero reaccionó más rápido. Retrocedió, aceleró y pasó encima de mi moto para huir.

Ahí fue cuando me di cuenta que un auto me chocó, me arrastró por el pavimento unos pocos metros y el tiempo se detuvo momentáneamente a mi alrededor.

Entonces me fui a la estación de servicio, pagué por la nafta y me volví a subir a la moto para ir a rendir un examen más a la facultad, sin imaginarme que un irresponsable me iba a atropellar en la otra esquina porque hizo un giro indebido.

Llegué a casa, merendé, y me despedí de mi abuela como todos los días sin salir antes de que me desee protección y que todo me vaya bien...


Esta historia es real. Cuenta un accidente que sufrí el año pasado y que gracias a la vida todavía estoy vivo para contarlo. La historia está contada de atrás para adelante como parte de esta consigna.



Este disparador forma parte del proyecto de escritura 30 días de escribirme del blog de escritura de Aniko Villalba. El proyecto consiste en escribir todos los días usando 1 disparador creativo por día durante un mes. 


Mirá todos mis escritos sobre este proyecto acá, y las instrucciones de cada disparador acá.