Definitivamente no me gusta usar traje, nunca me gustó y no sé si algún día me llegue a gustar. Simplemente detesto la idea de tener que ponerme pantalón y camisa mangas largas y además corbata, y para colmo todo al mismo tiempo, me desespera. Odio trajearme.

En toda mi vida tuve solamente 2 trajes negros, y creo que también 2 camisas; una celeste y una del color de una aceituna desteñida (ahora las dos me quedan chicas), y siempre me resultaba tristemente dolorosa la idea de gastar dinero en comprar esas cosas que sabía que iba a usar solamente para algunas aisladas ocasiones específicas y que el resto del año iban a estar colgando de unas perchas.

Si mal no recuerdo mi primer traje me lo compraron cuando estaba en esa época en la que tus compañeras de colegio hacen sus fiestas de 15 años. Ese primer traje lo usé un par de veces, incluyendo quinces y casamientos, y nunca me llegué a acostumbrar.

En el colegio nunca quería irme vestido con el uniforme de gala, y siempre me ponía mal cuando me decían que obligatoriamente tenía que ponerme pantalón, camisa, corbata e insignia para poder rendir los exámenes, o que tenía que vestirme así por el día la independencia, día del maestro, o por el día de fulanito o menganito.

Muchas veces me sentía rebelde rompiendo las reglas y siendo el único que iba con el buzo y la remera como cualquier otro día. Nunca ningún profesor me perdonó y siempre me descontaban los puntos que suponía ir vestido 'correctamente' para sentarte en un pupitre y escribir en una hoja. Eso siempre me pareció algo ridículo, y realmente jamás me importó porque los puntos que hacía en todos mi exámenes siempre fueron suficientes para quitar buenas calificaciones y ser uno de los mejores alumnos del curso.

Recuerdo haber inventado muchas historias a mucha gente del colegio, incluyendo profesores, celadoras, directora, etc. Que mi pantalón no se había secado, que se quemó planchando, que se descoció, que no tenía camisa, que se me perdió la corbata. Hasta que llegó un punto en que ya nadie compraba mis excusas porque era evidente que simplemente no quería vestirme de gala.

Siempre me siento raro estando con traje. Me siento incómodo con un pantalón o una camisa con mangas largas. Me siento asfixiado y me siento observado. Y lo peor que puede hacerme una persona en ese momento es acercarse a decirme que el traje me queda bien, que tengo que vestirme así más de seguido, o que esto o que aquello. Basta!

Ni hablar de tener que ponerme un zapato 'adecuado' para el traje. Lo mío son los converses, los zapatos bajos, cómodos, flexibles; no unos incómodos zapatos de cuero oscuro y duro y con una especie de horrible mini taco. Además siempre hacen que mis pies parezcan muchos más gigantes de lo que son. En fin, odio todo lo que implica vestir de gala.

Odio el ritual de tener que planchar camisa, y pantalón, de tener que lustrar zapatos, de tener que hacerle 10 veces el nudo a la corbata hasta que quede bien. Todo eso me hace sentir un obsesivo compulsivo maniático ridículo tratando de lucir perfecto cuando la verdad es que detesto todo eso.

El día en que esté en un trabajo en el que tenga que vestirme diariamente de traje, no sé, probablemente renuncie y me voy.


Este disparador forma parte del proyecto de escritura 30 días de escribirme del blog de escritura de Aniko Villalba. El proyecto consiste en escribir todos los días usando 1 disparador creativo por día durante un mes. 


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